sábado, 17 de marzo de 2018

5º DOMINGO DE CUARESMA

1.- EL PRÓXIMO DOMINGO SERÁ DOMINGO DE RAMOS. COMPARTO ESTE: “DECÁLOGO PARA VIVIR BIEN LA SEMANA SANTA”

1.- Ponte en paz con Dios y con los hermanos. La Pascua merece una limpieza del corazón y de tu misma vida. Una buena confesión te hará comprobar el amor de Dios y poner a un punto tu interior. Pedir perdón es un signo de amor.

2.- Busca espacios y tiempo para la oración. Jesús, frecuentemente, se retiraba a un lugar solitario y apartado para su encuentro con Dios. ¡Acompáñale en estos días! Visita el Monumento solo o en familia. La Hora Santa te ayudará.

3.- Escucha, medita y lee con interés la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Seguir a Jesús conlleva, además, ser conocedor de las razones de su vida y los motivos de su muerte: la salvación de la humanidad.

4.- Ejerce la generosidad y sin mirar a quién ni el cuánto. Jesús, lavando los pies a sus discípulos, nos enseña una gran lección: la caridad y el servicio gustan a Dios. La caridad es una llave que abre la puerta del cielo.

5.- Participa activamente en las celebraciones eucarísticas o litúrgicas. La Semana Santa, no lo olvides, no es tiempo de vacación. En cambio sí que es “tiempo de devoción” cristiana. No dejes de participar en los Santos Oficios

6.- Saborea el silencio en estos días. Que la Televisión no sea la protagonista en tu casa. La música clásica, una película sobre la Pasión de Jesús te ayudará, a ti y a los tuyos, a vivir lo que decís sois: cristianos

7.- No olvides el ayuno y la abstinencia del viernes santo. Quien mucho hizo por el hombre, Jesús, ¿no va a ser correspondido, recordado y querido con nuestra solidaridad en estos gestos que hablan de nuestra sobriedad o austeridad?

8.- Reza ante la cruz. Ponte en camino hacia una iglesia. Arrodíllate y haz un coloquio con el Señor. ¡Lo has hecho por mí! ¡Has subido a la cruz por mí! ¡Gracias Señor por tu gran amor!

9.- Anima a tus familiares a vivir la Semana Santa. No dejes que, al igual que puede ocurrir con la Navidad, nos roben el sentido más profundo y genuino de estos días: Cristo pasa, con su cruz, para que veamos el inmenso amor que Dios nos tiene.

10.- Prepárate durante toda la Semana Santa al gran acontecimiento de la Pascua: ¡la Resurrección de Cristo! El Viernes Santo culmina con la Resurrección en la noche del Sábado Santo. Recuerda que, un cristiano, es hijo de la Pascua. Nuestra fe es Buena Noticia de Vida y Amor.

2.- EL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO NOS PRESENTA EL ANUNCIO DE “LA HORA DE CRISTO”.

2.1.- “Ha llegado la Hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre”. 
“Ahora mi alma está agitada y ¿qué diré? Padre líbrame de esta hora. Pero si para esto he venido, para esta hora. Padre glorifica mi nombre”
• Es la Hora de la verdad, la hora de la entrega.
• Es una hora trágica y dramática. Pero es la hora del amor hasta el extremo.
• ¿Y nuestra Hora? ¿Ha llegado?

2.2.- “Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo, pero si muere da mucho fruto”
“El que se ama a sí mismo se pierde, el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna”
• Nosotros debemos ser como el GRANO DE TRIGO.
• La “Ley de la donación de la vida” es la clave de la felicidad.

2.3.- “Cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí”
• La cruz de Cristo sigue atrayendo las miradas y el corazón de muchos hombres y mujeres.
• Jesús es como un imán: Jesús sigue atrayendo a hombres y mujeres de nuestro tiempo.

3.- VIVAMOS LA SEMANA DE DOLORES COMO PREPARACIÓN A LA SEMANA SANTA.

• ¿También nosotros queremos ver al Señor? 
• ¿Buscamos sentir su presencia? 
• ¿Tenemos ganas de una Semana Santa o de una semana pagana? 
La imagen puede contener: una o varias personas y texto• ¿Haremos de esta próxima Semana Santa un tiempo para buscar, orar y adentrarnos en el Misterio de la vida de Jesús de Nazaret?

4.- CELEBRAMOS EL DÍA DEL SEMINARIO

Con el lema “APÓSTOLES PARA LOS JÓVENES”.Oremos por las vocaciones a la vida sacerdotal. Por todos los seminaristas, especialmente por los de nuestro seminario de Toledo y por todos los sacerdotes, especialmente por los que estén en situaciones más difíciles.
Concluyo con esta reflexión:

UN SACERDOTE DEBE SER...

Muy grande
y, a la vez, muy pequeño,

de espíritu noble, como si llevara sangre real,
y sencillo como un labriego,

héroe, por haber triunfado de sí mismo,
y hombre que llegó a luchar contra Dios,

fuente inagotable de santidad
y pecador a quien Dios perdonó,

señor de sus propios deseos
y servidor de los débiles y vacilantes,

uno que jamás se doblegó ante los poderosos
y se inclina, no obstante, ante los más pequeños,

dócil discípulo de su maestro
y caudillo de valerosos combatientes,

pordiosero de manos suplicantes
y mensajero que distribuye oro a manos llenas,

animoso soldado en el campo de batalla
y madre tierna a la cabecera del enfermo,

anciano por la prudencia de sus consejos
y niño por su confianza en los demás,

alguien que aspira siempre a lo más alto
y amante de lo más humilde…

Hecho para la alegría,
acostumbrado al sufrimiento,
ajeno a la envidia,
transparente en sus pensamientos,
sincero en sus palabras,
amigo de la paz,
enemigo de la pereza,
seguro de sí mismo.

“Completamente distinto de mí”,
comenta humildemente el amanuense.

(Manuscrito medieval encontrado en Salzburgo)

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