sábado, 9 de septiembre de 2017

23º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

1.- COMENZAMOS CON UNA REFLEXIÓN DE SANTA TERESA DE CALCUTA, CUYA FIESTA CELEBRAMOS EL PASADO MARTES.

“La mayor enfermedad de Occidente hoy no es la tuberculosis o la lepra; es no ser querido, no ser amado y que nadie se preocupe por ti. Podemos curar las enfermedades físicas con la medicina, pero la única cura para la soledad, la desesperación y la falta de esperanza es el amor. Hay muchos en el mundo que mueren por un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren por un poco de amor. La pobreza de Occidente es un tipo distinto de pobreza – no es sólo una pobreza de soledad, sino también de espiritualidad. Hay un hambre de amor así como hay hambre de Dios” (Camino de sencillez).

2.- LA PALABRA DE DIOS ESTE DOMINGO NOS HACE TRES LLAMADAS:

2.1.- Vivir el amor como fundamento de nuestra vida
“A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera”.
• Nuestra religión es la religión del amor.
• Por ello San Agustín decía “Ama y haz lo quieras”. Si amamos de verdad estamos viviendo según la voluntad de Dios
• El amor es más que un sentimiento. Es una entrega. Una preciosa definición de amor afirma “Amar es querer el bien del amado”.

2.2.- Practicar la Corrección fraterna
• Corregir al que se equivoca es una obra de misericordia. Pero la corrección es muy difícil de hacer y de recibir.
• Es una sugerencia de Jesús y, a veces, una obligación.
• Debe hacerse por amor y con amor, no con acritud.
• Debe realizarse con humildad: podemos ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro.
Una pareja estrenaba piso en un tranquilo barrio. Una mañana en casa, mientras tomaban café, la mujer vio a través de la ventana, que una vecina colgaba las sábanas en el tendedero y dijo: - ¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero! - ¿Quizás necesita un jabón nuevo? El marido miraba y quedaba callado. Cada dos días repetía el mismo discurso, mientras la vecina tendía su ropa al sol. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido: - Mira, por fin ella aprendió a lavar la ropa … El marido le respondió: - … No es lo que piensas. - Hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana. –
• Es preciso elegir el momento oportuno, que nunca es cuando la ira está presente.


2.3.- Redescubrir el misterio de la Iglesia: “Donde dos o más están reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos”.
• Estamos llamados vivir la fe juntos, en comunidad, en iglesia.
• La oración en común tiene mucha fuerza.

3.- CONCLUYO CON ESTA REFLEXIÓN AL COMIENZO DEL CURSO PASTORAL

¡Ponte las pilas! ¡Pronto comienza el nuevo curso 2017-18. Y tú, como agente de pastoral estás llamado a darte, ilusionarte, entregarte, esforzarte...! sí, sí... tú. ¿Por qué? La respuesta es obvia:
- Porque crees en Jesús y no te conformas con tenerlo para ti sólo.
- Porque eres entusiasta y crees que es posible un mundo mejor donde el Amor sea el centro de la vida.
- Porque es mucho el bien que puedes hacer a tu alrededor.
- Porque el curso está lleno de oportunidades en las que puedes hacer felices a los demás.
- Porque son muchas las personas con las que te vas a cruzar en el camino que esperan de ti una sonrisa, un objetivo, un recorrido concreto a recorrer.
- Porque los demás están dispuestos a vivir contigo tu fe, promulgarla y defenderla.
- Porque el mundo necesita personas que crean en sí mismos, en los demás, y sobre todo, en Dios.
- Porque amas de verdad, a pesar de los muchos fallos, y quieres seguir de cerca a Cristo.
- Porque tu gran familia que es la Iglesia necesita de ti.
Por todo esto ¡ponte las pilas! ¡El curso está cerca, amigo mío!

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