FIESTA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA VIGA

“LA SAGRADA ESCRITURA Y EL CRISTO DE LA VIGA”

Ilán Ramón fue unos de los siete tripulantes del Columbia fallecidos el día 1 de febrero de 2003 cuando la nave espacial estaba a punto de aterrizar en Cabo Cañaveral. Este astronauta israelí llevaba consigo, en uno de esos grandes bolsillos tres objetos muy preciados: una Biblia, una foto de su familia y un pequeño dibujo de un niño asesinado en el campo de concentración nazi de Auschwitz.

La Biblia es un tesoro. Es un libro de fe. Es la Palabra de Dios. A través de ella Dios nos habla al corazón. Jesucristo es el principal protagonista de la Sagrada Escritura. Decían los santos padres que Cristo está latente en el Antiguo Testamento y patente en el Nuevo.

También es fundamento de nuestra cultura. Cervantes en El Quijote tiene más de ochenta referencias a la Biblia. Por ejemplo, inspirándose en una frase de Jesús, afirma “Cuando Dios amanece, amanece para todos” (II,49). Los más afamados pintores se han inspirado en ella para crear sus obras maestras. Así, entre otras muchas, son obras de inmenso valor ”El prendimiento” de EL Greco, que preside la sacristía de nuestra catedral o el cuadro “El Regreso del Hijo Pródigo” de Rembrandt o “La vocación de Mateo” de Caravaggio. 

La Biblia está presente incluso nuestro leguaje. Gran número de refranes y muchísimas expresiones como: pasar “años de vacas gordas y de vacas flacas”, “ser el Benjamín de la familia”, “ser un Judas”… tienen su fundamento en la Biblia.

Además podemos decir que la devoción al Santísimo Cristo de la Viga tiene un gran sabor bíblico. Aquel barco que surcaba el mar Mediterráneo en medio de una gran tormenta y en cuya Viga se apareció el Cristo con sus danzantes nos recuerda una barca que surcaba el Mar de Tiberiades con unos pasajeros muy especiales “Subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!. Él les dice: ¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?. Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?». (Mt 8,23-27)

Estas barcas, la del Evangelio y la de nuestro Cristo de la Viga, son signo de la Iglesia. La Iglesia es de Cristo, el ha subido a la “Barca”, no se ha bajado y aunque parezca dormido, siempre se alzará para calmar la tempestad que la aqueja y llevarla a puerto seguro. Y así de generación en generación en Villacañas nuestro Cristo de la Viga sigue alentando la nave de nuestra parroquia. Desde lo alto de la Viga sigue invitándonos a permanecer firmes en las dificultades, a anunciar la Buena Noticia, a escuchar su Palabra, a ser constructores de un mundo nuevo de paz, justicia y amor.

Gracias a la Cofradía, a los danzantes y a todos los que dan lo mejor de sí mismos en estos días. 

Os deseo en nombre de todos los sacerdotes de la parroquia unas felices fiestas del Santísimo Cristo de la Viga.